Un mosaico para interesarlos a todos




Durante el proceso de búsqueda de editorial, además de varias no respuestas, recibí otras muy amables, lo digo completamente en serio, que rechazaron la publicación del manuscrito por su carácter multidisciplinar, por su falta de unidad temática, genérica e incluso de tono. Es muy difícil vender libros en España, un país en el que se escribe más que se lee y en el que la mayor parte de contenidos culturales se consumen por la vía rápida de las imágenes, los reels o vídeos preferiblemente cortos. El riego de producir un libro y no obtener un mínimo retorno era muy grande como para publicar este mosaico de textos relacionados con el baloncesto que conforman Individual o zona, más aún tratándose de un escritor anónimo sin un exagerado alcance en las redes, sin una particular popularidad.  

Pero estaba en la esencia del proyecto, en el sentido de dedicar varios meses (y molestar a familiares y amigos) a la corrección, selección y edición de los textos de este blog querer reflejar su esencia, la naturaleza principal de este espacio que no deja de ser, por ser fundamentalmente un diario, un reflejo por escrito de la mente de su autor. Y este autor ha cambiado mucho en estos 14 años. Y necesita explorar diferentes géneros, medirse ante los retos formales de los aspectos ontológicos de cada uno de ellos. También escribir de diferentes temas, dar voz a diferentes personajes, no siempre los más nombrados o famosos, que suelen ser los que menos me interesan.

 

Por lo tanto, Individual o zona, el libro, es como Individual o zona, el blog del que se nutre en su mayor parte: un producto deliberadamente abigarrado, fragmentario, poliédrico… No esperen encontrar aquí una biografía, un libro de encargo, un producto al servicio del mercado que sabe lo que se lee e intenta escribirlo. Este no es un libro en busca de lectores, sino, ante todo, un libro que aglutina una visión del baloncesto y la vida que parte de su presunción de complejidad, de la negación de la parcelación de los saberes y la hiperespecialización a la que parecen querer abocarnos las fuerzas ocultas que mueven los hilos en el planeta y, por lo tanto, también en este pequeño sector.

 

Y, sin embargo, creo que, en su variedad temática, en su mezcla genérica, en su vocación holística está también su fortaleza y, sin haber nacido como un producto destinado a la venta masiva, creo que pueden ser muchos los potenciales lectores, aunque no se vean directamente interpelados. Sin conocer el contenido de ningún algoritmo, creo que Individual o Zona puede generar el interés de muy diferentes lectores.


1.      Los jóvenes aficionados al baloncesto pueden disfrutar de las crónicas de aquellos sucesos que han vivido muy de cerca, contrastar su propia visión con la mía; rememorar pasajes recientes de la historia de nuestro baloncesto, que es también la nuestra.

 

2.      Los aficionados al baloncesto y su historia pueden ahondar en alguna de las figuras cuya vida se aborda en el capítulo dedicado a las leyendas. Es más, les gustará encontrar en ella a personajes que no ocuparon portadas, jugadores y entrenadores importantes, pero no los más importantes.

 

3.      Los entrenadores de baloncesto (y otros deportes) pueden encontrar comprensión, consuelo y verse reflejados en las reflexiones personales y, por otra parte, discutir, confrontar o concordar con los argumentos expuestos en los artículos más ensayísticos o filosóficos, los que pretenden dar que pensar (no generar adhesiones). También, de esto estoy seguro, saborearán el prólogo de Jota Cuspinera, ese primus inter pares que, a diferencia del despotismo ilustrado, practica un «todo para el pueblo y solo con el pueblo». Fue todo un lujo tratarlo y conocerlo. También que aceptara escribir y firmar el prólogo.

 

4.      Los entrenadores de baloncesto (y otros deportes) disfrutarán también conociendo cómo los más grandes de nuestro oficio padecieron y disfrutaron, explorando qué había detrás de su toma de decisiones, de su manera de actuar en un banquillo y en la forma de liderar un grupo.

 

5.      Las personas que orbitan alrededor del deporte, no necesariamente del baloncesto, pueden encontrar útiles, incluso inútiles, los artículos relacionados con lo que he venido a llamar «el hecho deportivo», esto es, la expresión deportiva y el modo en que se relaciona con la sociedad en su conjunto.

 

6.      Puede que hasta los educadores que enseñan otras ramas del saber consideren interesantes las disquisiciones sobre pedagogía y didáctica. No compartimos campo, pero buscamos la transferencia del conocimiento y la transmisión de unos valores, amén de una conexión íntima entre individuos que posibilite lo anterior.

 

7.      Quizá también un lector cualquiera, que ignora todo del baloncesto, pueda disfrutar de la lectura de este libro, encontrar placer en una prosa que he intentado cuidar, extrapolar cuestiones a menudo específicas a su mundo, a su día a día. O, lo dicho, solo disfrutar, que ya es mucho, y cada vez más, en un mundo que se autocensura continuamente, que se avergüenza tan a menudo de ser como es.

 

Individual o Zona estará mañana a la venta en la web de Ediciones en Huida, la editorial que, por conocimiento y amistad, quiso dar a luz a esta colección de reseñas, artículos, crónicas, reportajes, ensayos y entradas de diario. Apostar por el libro es también reconocer su osadía. Solo puedo darles las gracias.

 

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

De la cancha al blog, del blog al papel

 



Llegué al basket como llegaba cualquier otro niño, o tal vez no. En mi cabeza se mezclan locuciones de Barthe y Trecet, canastas demasiado altas como para querer ser Arlauckas (en duelo directo frente a mi amigo Mario, alias Tanoka Beard) o imágenes difusas de partidos callejeros entre jugadores malos y muy malos que a mí me parecían buenos y muy buenos. Llegué al basket, en definitiva, sin empujón previo ni invitación oficial, como un oyente y un voyeur que no acababa de entender lo que ocurría, pero que no tardaría en soñar con ser Raül López mientras jugaba a ser Luis Amado, portero de Caja Segovia y luego de Interviú, cuando las cajas y las revistas para adultos, también las canchas callejeras, aún ocupaban un lugar importante en nuestras vidas de barrio, pequeños submundos donde aún reinaban códigos más propios del Western o del Medievo y uno se las apañaba para sobrevivir intentando demostrar habilidad en lo que fuera, incluso en el baloncesto, para evitar ser la diana de las burlas o el señalado por incompetente o distinto.

 

Hay algo de esa nostalgia en Individual o Zona, el blog, que también verán en Individual o Zona (Ediciones en Huida, 2024), el libro que pronto saldrá a la venta y que recopila, selecciona, ordena y cataloga en cinco capítulos catorce años de artículos, crónicas, reportajes y entradas de diario surgidas casi siempre del impulso primigenio de exprimir la anécdota hasta adquirir una enseñanza, una teoría que me siga permitiendo comprender realidades tan complejas como los 44 tiros libres que lanzó el rival del pasado domingo (frente a nuestros 19) o por qué sigo ocupando los mejores años de nuestras vidas tratando de entender la naturaleza humana a través de un deporte que cada vez me representa menos, asido como está a su faceta de negocio/espectáculo o a la pequeña rendición de cuentas frente a una sociedad que ha dejado de lado la educación y aborda cualquier actividad como si se tratara de una compraventa.

 

Si les digo la verdad, del baloncesto me interesa más su papel, no siempre buscado, de reflejo de la sociedad, de fotografía en color, o blanco y negro, de momentos clave de nuestra historia. De ahí que el libro recoja gran parte de los artículos que dediqué a algunas figuras que trascendieron el 28x15, de hombres y mujeres que planearon muy por encima del parqué y sus miserias. Y, ya saben, hice caso de aquellas sabias palabras que se pronuncian en El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962): cuando la leyenda se convierte en realidad, imprime la leyenda.

 

Del mismo modo, si les da por hojear sus páginas, verán que también abordo dos aspectos que me han interesado: el hecho deportivo y la teoría del entrenamiento. El primero en su faceta sociológica y filosófica; el segundo, como aprendiz en prácticas que sigo siendo de un campo que, como les digo, me resulta cada vez más ajeno, pero con el que me sigo peleando para evitar preguntas incómodas sobre mi identidad o mi sustento. Es decir, treinta años después, aquel niño que intentaba jugar lo mejor posible para sobrevivir en la selva de un barrio de Salamanca sigue haciendo baloncesto para mantenerse en pie en la jungla de asfalto del institucionalismo y las convenciones. No hemos cambiado tanto.

 

Así que no puedo concluir otra cosa: el baloncesto sigue siendo una parte fundamental de mi vida porque me salva y, a pesar de todo, me abriga y cobija de la intemperie. Y quiero pensar que sigue teniendo sentido dedicar los mejores años de nuestras vidas a transformar, aunque sea mínimamente y a poder ser para bien, los caracteres y las mentalidades de las futuras generaciones, aun con el riesgo de que asuman las nuestras, temblorosas y dubitativas, necesitadas del abrazo del baloncesto para mantenerse firmes y en pie. Y no siempre.

 

*Individual o Zona estará próximamente a la venta tanto en la web de Ediciones en Huida como en diferentes librerías a lo largo y ancho de la geografía española.

 

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS