Ya no
quedan luces encendidas en el vecindario de enfrente. Hace largo rato
que las chicharras cesaron en su canto. Han pasado horas desde que se
fueron los búhos a dormir. Esta vez no tuvo la culpa el baloncesto.
El motivo de que sean las cuatro y cuarto de la madrugada es que
Valladolid la nuit nos atrapó entre sus bares y discotecas al ritmo
de salsa y música electrónica, bajo el elixir más eficaz para
hacer perder el norte a un hombre, una bella mujer.
Pero
como es tarde paso de contaros el cuento de siempre, el que empieza
con un “había una vez” y concluye con un “no” como
respuesta. Y es que lo que pasa en Pucela se queda en Pucela
y, por tanto, optaré por ahorraros todos los detalles del proceso.
No
escatimaré, en cambio, a la hora de agradecer la implicación del
que fuera entrenador del C.B. Valladolid al final de la pasada liga,
un Roberto González que se dejó el alma en cada explicación y que,
a cada variante propuesta por alguno de nosotros, respondió con seguridad y de manera lógica, concisa y con argumentos.
Gracias a él creo tener asentados varios de los fundamentos
colectivos de defensa que manejaba de manera sucinta y un tanto
confusa. Ahora, el domingo tendré que demostrarlo, creo poder
orquestar una defensa con las suficientes variantes y con las claves precisas como para poner en dificultades a cualquier ataque. Claro,
durante unos segundos. Claro, en unas pocas jugadas. Hasta que el jugador
del otro lado del tablero proponga una nueva alternativa. ¿Es esto
secuestrar el baloncesto? Pues yo pienso que no.
Y no
se trata de un doble discurso, de renuncia a unos principios o de dar
marcha atrás. Creo que la táctica enriquece al juego pues al mismo
tiempo que pone en dificultades al jugador le ofrece salidas a las
mismas. Me gusta menos el “pásala allí, luego mano a mano y
después lo que sea”. Me gusta más el “estate atento a esta
situación y decide en torno a tus cualidades técnicas, la noción
del baloncesto que te han enseñado de pequeño, las características
de tus compañeros y las cualidades de los rivales”. En ese caso
estaremos jugando al baloncesto y no cumpliendo meras órdenes de
manera automática, repetida y aburrida, por qué no decirlo, para el
espectador.
En el
baloncesto, como prácticamente todo en esta vida, el qué no es el
todo. Importa también el camino, el proceso. La metodología, una
asignatura a la que dedicaremos diez horas (es la asignatura con
mayor carga lectiva), es fundamental para alcanzar los objetivos
propuestos. De momento, a falta de que desarrollemos las siguientes
sesiones (la próxima en apenas cinco horas) hemos iniciado varios
debates sobre la posibilidad de plantear ejercicios con tareas
abiertas o cerradas o utilizando diversas fórmulas de cooperación u
oposición. Sin embargo, a pesar de que la metodología implica
hablar de medios y herramientas y no de fines, yo entiendo, a
expensas de que me pueda llegar a convencer Felipe Martín, el
profesor, de todo lo contrario, que cualquier metodología es buena
siempre que funcione.
Esperando
vuestras contribuciones al debate me despido de vosotros mientras
cierro esta ventana indiscreta desde la que me he abierto al mundo todos estos días. Puede que mañana vuelva a abrirla, pero también
es posible que la preparación de los exámenes del domingo me deje
sin tiempo para ello. Por ello y por si acaso: Buenas noches y mejor suerte.
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
2 comentarios:
Veo que las noches pucelanas van dando su fruto... Me alegra que sea lo que fuere que pasó anoche, te haya dejado tan tocado como para escribir así.
Sobre el basket, estoy contigo. No hay que encorsetarlo, ni automatizarlo, los entrenadores y tácticas están bien para un planteamiento general, pero lo más inteligente es enseñar a leer situaciones y decidir en función de las habilidades de los jugadores. Siempre claro, que los jugadores hayan aprendido a hacer todo eso, jejejeje.
Disfruta lo que te quede y nos vemos en agosto para que me cuentes cosas de basket y si es pertinente de la noche.
Un abrazo grande!!
Siempre el dichoso debate, que si hay que dejar margen, que si no... Lo bueno es que el 99 % siempre dice el mismo tópico...que hay que dejar que el jugador tenga libertad, para así reivindicarse el mismo autor de la frase como alguien que tiene una perspectiva del baloncesto moderna, libre y de un nivel excelso.
Por eso felicito a Juanjo por ser valiente y decir que la metodología importa. El 99 % de los entrenadores europeos así lo avala.¿O es que el baloncesto europeo no es de calidad?
Un fan del baloncesto
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